
Estas y otras preguntas muestran que los directivos no se sienten cómodos con las acciones de mantenimiento autónomo que utilizan para aumentar la participación del personal, lograr una comunicación fluida entre producción y mantenimiento, un compromiso mayor de los supervisores de área, siendo todo esto necesario para avanzar hacia los objetivos previstos.
Una de las barreras más críticas para alcanzar la excelencia operacional es la falta de integración entre producción y mantenimiento.
Cuando estas dos funciones clave no trabajan de forma alineada, se debilita la responsabilidad compartida sobre los activos,
se dificulta el desarrollo del mantenimiento autónomo y se pierde la oportunidad de construir una cultura de fiabilidad y mejora continua.
Esta desconexión se traduce en fallos recurrentes, deterioro prematuro de los equipos, tiempos de respuesta más lentos y mayores costos
operativos. Pero el impacto va más allá de lo técnico: afecta directamente al compromiso del personal, a la eficiencia del negocio y
a la capacidad de escalar hacia modelos más avanzados de gestión industrial y digitalización.

En nuestra experiencia, la integración real entre producción y mantenimiento no se logra solo con procedimientos,
sino desarrollando competencias clave en las personas: comunicación efectiva, coordinación impecable, empowerment, delegación consciente
y capacidad para sostener conversaciones difíciles pero necesarias.
Nuestro enfoque parte de una premisa clara: si queremos equipos
comprometidos con el cuidado de los activos, necesitamos diseñar las conversaciones correctas, establecer acuerdos sólidos, clarificar
roles y construir confianza mutua. Este es un trabajo que hemos realizado en numerosas organizaciones industriales, donde esta problemática
es más común de lo que se reconoce.
Lo abordamos mediante talleres vivenciales, sesiones de coaching de equipo y reuniones reales
observadas por coaches expertos, que luego entregan feedback estratégico para afianzar una nueva forma de trabajo más integrada,
colaborativa y orientada a resultados. No se trata solo de formar, sino de transformar la manera en que los equipos se relacionan
y toman responsabilidad compartida por la confiabilidad de la operación.
Este programa en formato presencial se realiza en dos jornadas de trabajo. Proponemos realizar seis sesiones posteriores de observación y coaching de equipos de dos horas (una cada mes) para asegurar el desarrollo de las competencias propuestas. Conversemos sobre la opción de este programa en sesiones 100% on line para los equipos de tu empresa.
¡Es fantástico poder apreciar cómo esas emociones se contagian y todo fluye…, los resultados se dan como por arte de magia. Tal y como creces como persona, crece tu equipo contigo, crece la organización, crecen los resultados y crece la tranquilidad emocional de todos. ¿Quién puede resistirse a eso? Ahora somos personas capaces de trabajar como un equipo y ponernos de acuerdo con facilidad para alcanzar los resultados.